miércoles, 20 de julio de 2011

Villoruela

HAZ CLIC EN READ MORE PARA VER INFORMACIÓN COMPLETA

Si quereis traducir los textos de las descargas,entrar en http://www.microsofttranslator.com/default.aspx?ref=TThis DESCARGA ............PARA GUARDAR O ABRIR PICAR EN EL TÍTULO  ....PARA PONER COMENTARIOS O ENLACES PICA ABAJO ...... HAY QUE SABER:

V Aniversario del monasterio Santa María la Alta

Cecilia Hernández. VILLORUELA





La localidad de Villoruela celebrará este fin de semana unos días llenos de actos por el inicio de los festejos del quinto centenario de su monasterio. Se trata del convento de monjas trinitarias contemplativas, fundado el 17 de mayo de 1510.

Los actos comienzan el sábado 16 con una conferencia sobre el monasterio y su influencia en Villoruela, ofrecida por el párroco de la localidad y capellán de la institución religiosa, Bernardo Cuesta. El domingo 17 tendrá lugar la solemne apertura del centenario. En primer lugar habrá una misa concelebrada por religiosos trinitarios y sacerdoes diocesanos, en la que participará el coro parroquial de Villoruela.

Más tarde el alcalde, Florentino Hernández, ofrecerá una recepción y vino de honor en el ayuntamiento, al que seguirá un almuerzo de confraternidad en el salón multiusos. El regidor municipal mostraba ayer su "orgullo por tener este convento en nuestro pueblo, ya que es el más antiguo de estas características que hay en España. Todos los vecinos apreciamos mucho a las hermanas y desde el ayuntamiento estamos dispuestos a colaborar en lo que necesiten para este aniversario".

Señaló asimismo la celebración de actos durante todo el año. El domingo día 17 tendrá lugar el homenaje del pueblo a la comunidad trinitaria en la iglesia de San Pedro, presidido por las religiosas del monasteri, intervendrán el párroco y la presidenta de la Federación de Monasterios Trinitarios, Reverenda Madre Teresita Vega Molina. Se proyectará el audiovisual "500 años de vida contemplativa en Villoruela, y actuarán el coro popular de la localidad y la coral "Tierra de Peñaranda".

Fundación del siglo XVI

Este monasterio trinitario fue fundado por Catalina de Anaya, noble salmantina del siglo XVI que, al quedarse viuda, decidió hacerse monja y fundar con todas sus posesiones un convento. Así lo hizo en lo que era la iglesia de Santa María la Alta, fundada en 1594 por el obipso de Salamanca Diego de Velasco. Desde entonces se ha mantenido la vida religiosa en este pueblo, sólo interrumpida por la invasión francesa en 1808, cuando el convento fue saqueado y destrozado. A partir del siglo XX su función fue la de colegio de niñas, a instancias del conocido Padre Cámara, obispo de Salamanca, y así siguió hasta que llegaron los nuevos aires de la iglesia dados por el Concilio Vaticano II.

En la actualidad hay ocho monjas, cinco extranjeras y tres españolas, una de ellas de Villoruela, que tendrá una participación especial en los festejos.


Artículo publicado en Tribuna de Salamanca, el 13 de mayo de 2009
Yacimiento arqueológico La Vega

Lorenzo Martín Sánchez. VILLORUELA





Las villae romanas constituyen el testimonio del importante papel que el medio agrario jugó en la romanización de la provincia de Salamanca complementario del que desempeñaron los núcleos urbanos. La mayoría se situaban generalmente cerca de los cursos de agua pero sobre lugares elevados, de manera que se pudieran evitar humedades y se hiciera más fácil la vigilancia del terreno que las rodeaba.

También es común a todas ellas su situación de proximidad a los núcleos urbanos del momento, pues sus principales poseedores fueron miembros de las oligarquías locales.

Por otra parte, desde un punto de vista económico, su presencia atestigua la aparición de grandes propiedades privadas frente a los tradicionales modelos prerromanos de explotación agraria en pequeña escala. Además, muchas veces supusieron la introducción en el medio rural de las comodidades de la vida urbana.

Este tipo de asentamiento se difunde a partir del siglo I, pero no es hasta el siglo IV cuando aparece plenamente desarrollado. Entre las numerosas villae romanas localizadas en la provincia de Salamanca sobresalen especialmente la de San Julián de Valmuza, en Doñinos de Salamanca, y la de la Vega, en Villoruela, cuyos restos parecen pertenecer a residencias bastante lujosas.

La Vega, declarado Bien de Interés Cultural en 1992, presenta como novedad que su emplazamiento se sitúa alejado del valle del Tormes, entorno geográfico en el que se concentran la mayoría de las villae salmantinas.

Las principales excavaciones en ese lugar se realizaron en 1985 por M. García Figuerola descubriéndose entonces parte de las habitaciones termales. Presentaban suelos de mosaicos policromos y pavimentación de mármol, así como pinturas murales sobre estuco con decoraciones geométricas y parte de una escena de caza. Aunque lo principal de su construcción debe fecharse en torno al siglo IV se encontraron restos materiales que se corresponden con un período cronológico bastante amplio, lo que da idea de que la ocupación de esta villa fue larga en el tiempo.

Cofradía del Santo Ángel de la Guarda

VILLORUELA





Las ordenanzas de la cofradía del Santo Ángel, conservadas hasta hoy, son del año 1772, en que se refundó la ya existente. De acuerdo a estas ordenanzas sólo pueden ser cofrades los varones y éstos no pueden sobrepasar el número de 33.

Otra de sus ordenanzas más interesantes dice: "Otrosí ordenamos y mandamos a los cofrades que el cofrade estuviere enfermo, estén obligados los cofrades a visitarlo y si fuera pobre o muriese, sea obligado nuestro cabildo a darle mortaja y enterrarle a nuestra cuenta; y la obligación es de rezarles la estación del Santísimo". Como permite entender esta ordenanza, la cofradía era una especie de seguro frente a la muerte, a la vez que fomentaba la caridad entre sus miembros.

Para conseguir el buen entendimiento y el respeto entre los cofrades, dice una de las ordenanzas: "Otrosí ordenamos y mandamos que si algún cofrade se levantase en pie para hablar sin pedir licencia al señor alcalde, pague dos reales de multa".

La fiesta principal de la cofradía se celebra el primero de marzo, y los actos de la misma están todos ellos debidamente reglamentados. El día antes, Vísperas en la iglesia y, a continuación, convite en la casa del mayordomo. Tanto la salida de la iglesia como el ingreso en la casa del mayordomo deberán realizarse bajo la vigilancia del mayordomo por estricto orden de antigüedad en la cofradía. Al final del convite todos los cofrades recibirán una bolsa conteniendo castañas pilongas, un par de bizcochos y una naranja, con el fin de que los cofrades, todos varones, hagan partícipes de la fiesta en su casa a sus respectivas esposas y familiares.

El día de la fiesta tras la misa y la procesión, los cofrades se reúnen en cabildo en la sacristía de la iglesia. Allí discuten y aprueban los acuerdos de la cofradía. A continuación un nuevo convite, en el que una vez más al cura le servirán una taza de chocolate con bizcochos. Por la tarde rezo del Santo Rosario y a continuación el cambio de varas. Es éste un momento emotivo en el que el mayordomo que termina y el que empieza expresan sus sentimientos y deseos. La fiesta termina con un nuevo convite en la casa del nuevo mayordomo.


Texto extraído de: La huella que somos : patrimonio cultural de Las Villas


Centro de Documentación e Interpretación del Mimbre


Cecilia Hernández / Trisol / Laura Jorge. VILLORUELA




6 de junio de 2010 Tribuna de Salamanca / La Gaceta de Salamanca / El Adelanto

El conocimiento de una artesanía implica y conlleva el de la sociedad en que se desarrolla Esta frase pertenece a Antonio Cea, miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y que puede leerse en el nuevo Museo del Mimbre, inaugurado el sábado día 5 de junio en Villoruela, refleja a la perfección el espíritu con que ha nacido esta nueva infraestructura cultural. Este centro pretende guardar para el futuro la imagen de lo que fue hasta hace unos años la forma de vida y de trabajo de Villoruela y los pueblos adyacentes.

El alcalde de la localidad, Florentino Pérez, impulsor de la iniciativa, movió todos los hilos posibles, hasta que, a través de las gestiones realizadas por la diputada nacional, Carmen Juanes, el Ministerio de Cultura, concedió una subvención de unos 90.000 euros, que ha hecho posible que una de las antiguas casas de los maestros del pueblo, se haya reconvertido en un testimonio fiel de un modo de vida que está extinguiéndose lentamente.

No es tanto la competencia de los productos llegados de los países asiáticos, como que ya no queda casi nadie que sepa trabajar la mimbre a la manera tradicional, es un oficio que se está perdiendo y que desaparecerá en cuando mueran esas gentes, que antes suponían el 99% de los habitantes de Villoruela, y ahora sólo son una docena de personas comentó el primer edil mientras mostraba las instalaciones, que incluyen una pequeña plantación de mimbre. Por esa desaparición de un modo de vida tradicional, el Centro de Interpretación de la Mimbre nace con la vocación de perdurar y servir de legado para las generaciones futuras.

Los visitantes que lleguen a Villoruela podrán disfrutar de un centro en el que se muestran paneles fotográficos en los que se recogen todos los procesos de los trabajos artesanales relacionados con el mimbre así como herramientas y máquinas utilizadas por los artesanos. Una pequeña exposición de miniaturas, donde destaca la silla de la abuela.

En el patio se ha creado un espacio donde se muestran algunas de las máquinas utilizadas por los profesionales de este oficio, y una zona donde se siembra la mimbre. La oferta de este espacio museístico se completa con un montaje audiovisual en el que se repasa de manera breve los diferentes pasos, desde que se corta la mimbre, hasta que la silla es transportada en un camión para su posterior distribución.

La inauguración ha coincidido con la clausura del V Centenario del convento de Trinitarias de Santa María la Alta.

El herrero

VILLORUELA


La tradicional estampa castellana del herrero en la fragua, ceñido con la badana, una especie de mandilón de cuero, resulta cada vez más obsoleta. Como verdadero artesano especializado en la forja, va ejecutando con proverbial paciencia la compleja gama de trabajos que comporta el forjado: caldeo, soldadura, modelado, tratamientos y acabado. Las cuatro paredes ennegrecidas por el humo pero iluminadas por viejos ventanales son testigos mudos de su maestría artesanal entre el fuego de la chimenea y el golpe a golpe sobre el yunque.

Tres son los elementos básicos en toda fragua: el fuego para calentar los materiales que se van a trabajar, el aire para mantener vivo el fuego y la pila de agua para templar o endurecer el hierro y el acero. El fuego, encendido con carbón de brezo o de piedra y avivado por el fuelle, es removido por el hurgón, mientras que con el espetón se va apartando el moco o la escoria.

Una vez preparado el material a la temperatura adecuada por el calor del fuego y la regrigeración del agua de la pila, el herrero va machacando la pieza sobre el hierro acerado de la bigornia o sobre el machón macizo. Son muchos y muy variados los instrumentos que necesita para modelar y configurar cada objeto. El acotillo, el destajador, y el mazo constituyen otras tantas variedades del martillo para doblegar la férrea y obstinada reistencia del metal. Los duros golpes secos de la tajadera o los martillazos con el cortafrío sirven para el cortado, cincelado o agujereado del material. Rn la obtención de las láminas son usadas las tenazas, alicates, y cizallas. El acabado del modelado requerirá, finalmente, diversos tipos de limas para configurar el objeto deseado.

Imposible reseñar todas las piezas que realizaba el herrero, como los aperos de labranza: rejas, arados, picos, azadones, podaderas, cultivadores, tornadores, norias, cinchas, arcabuces de noria.... El modelado de los aros para las ruedas de los carros, en el que necesitaba también de la ayuda del carpintero, requería una especial habilidad. Entre los utensilios para el hogar estaban las tenazas, badiles, tijeras para el fuego, trébedes, calderas, sartenes, llaves, cerraduras, herrajes de puertas y ventanas, picaportes, verjas... Dedicaba también bastante tiempo al herraje del ganado. Todos estos trabajos eran remunerados, como en el caso del médico, por medio de igualas.

La fragua era el lugar de encuentro de los pocos hombres que durante el día permanecían en los pueblos. Allí pasaban sus ratos de ocio entretenidos en mil dimes y diretes que han sido objeto de muchos romances, jotas, charradas y cancioncillas en las que sale a relucir la figura del herrero. El buen humor de la picaresca popular pudo dejarnos de este modo pequeños retazos de su tradición oral.

Texto extraído de: La huella que somos : patrimonio cultural de Las Villas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario